Netflix, conocido por su variada oferta de contenido, ha añadido recientemente a su catálogo una película que ha captado la atención de muchos: “Good Grief (La vida sigue)”.
Este film, dirigido por Dan Levy en su debut como director, aborda el tema del duelo, una experiencia con la que, lamentablemente, muchos pueden identificarse.
La trama sigue a un hombre que enfrenta la pérdida de su esposo, acompañado en su viaje de dolor y aceptación por sus dos mejores amigos. A través de esta historia, la película no solo explora el proceso de dolor y tristeza, sino también subraya la importancia de contar con una red de apoyo durante momentos difíciles.
La muerte repentina de Oliver está diseñada para causar un gran impacto emocional, aunque puede parecer calculada para maximizar la empatía del espectador. El dolor inmediato de Marc, el protagonista, es palpable y realista, con la narrativa enfocándose en el primer año tras la pérdida de su pareja. Sin embargo, la película no se detiene en un solo momento, sino que avanza rápidamente a través de diferentes fases del duelo.
Poco después de la muerte de Oliver, Marc se ve obligado a lidiar con las demandas del editor de su esposo, solo un mes después de su fallecimiento. Luego, el guion de Levy salta al verano, cuando Sophie, la voluble mejor amiga de Marc interpretada por Ruth Negga, lo registra en una aplicación de citas. La transición temporal continua hasta llegar a la Navidad, momento en el que Marc descubre una revelación incómoda sobre Oliver. Aunque predecible, este giro en la trama no deja de ser significativo en el contexto de una historia sobre la pérdida repentina de un cónyuge.
A pesar de que la película puede no ser totalmente original o reveladora, logra crear momentos de genuino sentimiento gracias al excelente elenco reunido por Levy. Las actuaciones contribuyen a transmitir la autenticidad de las emociones, permitiendo a los espectadores conectar con el dolor y la sanación de los personajes.
“Good Grief (La vida sigue)” ofrece importantes lecciones sobre el duelo. Una de las enseñanzas principales es que todas las formas de duelo son válidas, independientemente de la causa. La película desafía la jerarquía social que dicta qué tipo de duelo merece ser llorado u honrado, resaltando que todas las pérdidas son significativas y tienen un impacto profundo en quienes las experimentan.
La premisa central de la película es la devastación que puede causar la pérdida de un ser querido, especialmente cuando acompañada de revelaciones dolorosas. Sin embargo, también muestra cómo el duelo puede manifestarse de muchas formas y tamaños diferentes, y cómo todas estas experiencias pueden coexistir, provocando tanto sufrimiento como crecimiento personal.
El film ha suscitado diversas reacciones entre los espectadores. Algunos valoran la representación honesta y conmovedora del duelo, mientras que otros pueden encontrar la narrativa predecible. No obstante, la mayoría coincidirá en que “Good Grief (La vida sigue)” ofrece una mirada profunda y sensible a una experiencia humana universal.
“Good Grief (La vida sigue)” es una adición notable al catálogo de Netflix, especialmente para aquellos interesados en dramas emocionales que exploran temas profundos como el duelo y la sanación. La película no solo nos invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias de pérdida, sino que también destaca la importancia del apoyo social y la validación de todas las formas de duelo. En definitiva, es una obra que, a través de su narrativa y actuaciones, ofrece una representación sincera y conmovedora del dolor y la recuperación.