Tomar fotos de un bebé recién nacido y compartirlas con familiares y amigos es una práctica común entre los padres. Patricia Williams no fue la excepción, pero jamás imaginó que la apariencia de su hijo Redd generaría tanto revuelo en redes sociales.

Cuando Redd nació en 2012, su cabello blanco como la nieve llamó la atención de inmediato, pero sus padres, Patricia y Dale, no le dieron demasiada importancia al principio. Tanto ellos como su hijo mayor, Gage, eran rubios, por lo que asumieron que el bebé simplemente tenía un tono de cabello más claro. Sin embargo, con el paso de los meses, comenzaron a notar otras particularidades.
El pequeño tenía un movimiento involuntario en los ojos, conocido como nistagmo, lo que llevó a sus padres a investigar en Internet. Lo que descubrieron los dejó en shock: este síntoma era común en personas con albinismo. Hasta ese momento, Patricia no estaba familiarizada con la condición, pero tras una consulta con un especialista en genética y un oftalmólogo, sus sospechas se confirmaron: Redd tenía albinismo oculocutáneo tipo 1, una condición genética poco común que afecta a aproximadamente 1 de cada 17,000 personas en el mundo.
En el hospital, la llegada de Redd fue recibida con asombro y admiración. El personal médico quedó fascinado con su cabello blanco y sus ojos de un azul intenso, los cuales bajo ciertas luces adquirían un tono rojizo. Para Patricia, todo esto era sorprendente, pero no preocupante. Sin embargo, cuando su tercer hijo, Rockwell, nació con la misma condición, la familia se dio cuenta de que la genética tenía un papel más importante del que habían imaginado.
Lo que comenzó como un simple interés por compartir momentos felices en redes sociales pronto se convirtió en una pesadilla. Las fotos de Rockwell fueron robadas y convertidas en memes crueles. Desconocidos se burlaban de su apariencia, y Redd no fue la excepción: en la escuela, otros niños lo señalaban por ser diferente. Afortunadamente, su hermano mayor, Gage, siempre estuvo a su lado para defenderlo.