El piloto Joseph David Emerson, quien protagonizó un aterrador episodio al intentar desactivar los motores de un avión en pleno vuelo, ha hablado por primera vez sobre lo ocurrido mientras espera su juicio. Su testimonio ha dejado perplejos a muchos, ya que reveló detalles sorprendentes sobre lo que lo llevó a actuar de esa manera.

Emerson, quien era primer oficial de Alaska Airlines, estuvo a punto de provocar una tragedia en la que 83 personas podrían haber perdido la vida. Según su versión, todo fue consecuencia de un «mal viaje» causado por el consumo de hongos alucinógenos, los cuales ingirió dos días antes del vuelo. A pesar de sentirse afectado por la falta de sueño y los efectos de la sustancia, decidió presentarse al trabajo sin imaginar lo que sucedería en el aire.

Durante la entrevista que concedió a Good Morning America, Emerson confesó que en todo momento creyó que estaba soñando. «Pensé que estaba atrapado en un avión y que no había forma de regresar a casa», explicó. Fue bajo esta percepción alterada que tomó la impactante decisión de colocar su mano sobre las palancas rojas que desactivan los motores. Según él, pensaba que si lo que estaba viviendo era un sueño, esa era la forma de «despertar».

El resto de la tripulación reaccionó rápidamente al notar su comportamiento y lograron detenerlo antes de que ocurriera una catástrofe. Emerson fue esposado y retirado de la cabina, pero su estado de confusión continuó. Mientras era escoltado por la tripulación, intentó abrir una de las puertas del avión, convencido de que esa era su vía de escape. «Seguía creyendo que todo era un sueño, por lo que intenté abrir la puerta para ‘caer’ hacia la realidad», relató. No fue hasta que sintió la mano firme de una de las azafatas diciéndole «NO», que finalmente comprendió lo que estaba ocurriendo.

El piloto también reveló que su decisión de probar hongos alucinógenos fue un intento desesperado por aliviar su depresión. Explicó que, poco antes del incidente, había perdido a un amigo cercano y estaba lidiando con un fuerte dolor emocional. «Los tomé con la esperanza de sentirme mejor, pero fue una terrible decisión», admitió.
A pesar de la gravedad del suceso, Emerson ha expresado su deseo de volver a volar. «Por supuesto que quiero volar de nuevo. Sería falso si dijera que no», comentó. Sin embargo, también es consciente de que su futuro en la aviación es incierto. «No sé si tendré otra oportunidad, pero si no estoy destinado a volar de nuevo, no lo haré», aseguró.
Sorprendentemente, el piloto sostiene que este incidente, lejos de destruir su vida, ha generado cambios positivos en su entorno personal. «Salvó mi matrimonio, ahora estamos más unidos que nunca, y he pasado más tiempo con mis hijos», afirmó.

A pesar de su aparente optimismo, Emerson enfrenta 80 cargos por imprudencia temeraria, una situación legal que podría marcar el resto de su vida. Su caso ha generado un intenso debate sobre la seguridad aérea y las consecuencias del consumo de sustancias que alteran la percepción. ¿Podría algún día volver a pilotar un avión? Eso lo decidirán las autoridades.